Aprendamos a amarnos: Formas de pensamiento erróneas
http://unateoriadesalud.blogspot.com/2015/07/aprendamos-amarnos-formas-de_1.html
DOS:Quienes
y como nos enseñan infelicidad
Algunas maneras en que los
grupos sociales, la familia, la escuela o los medios de comunicación nos cargan
con pensamientos que dicen: “No seas feliz”
Familia:
La
expresión frecuentemente amargada de un padre ¿qué piensas que está indicando?
¿Y el aspecto de “victima” de la mamá cuando cada día al llegar del trabajo les
dice a sus hijos: “No me habléis. ¡Estoy tan cansada¡ No quiero ni oíros”. El
aburrimiento compartido de muchas parejas, ¿Cómo puede despertar en los hijos
deseos de buscar una relación a dos?
Cuando escuchas estas
frases: “la vida es dura”, “disfruta ahora que puedes que ya verás cuando seas
mayor”, “si nos tocara la lotería seriamos felices” “Me amargas la vida Paco”,
“si no me hubiera casado, esto no me habría ocurrido”, “soy una desgraciada”,
“las cosas bonitas solo ocurren en las películas”…si lo acompañamos de un padre
absorbido por su trabajo y de una madre quejosa, estamos creando el marco
perfecto para una vida gris en la que germinar ideas como estas:
Rosa dedujo de
todo ello que “la familia es un calvario” y “la pareja es un desastre”. Aceptó la infelicidad como algo natural en la vida. Esto era lo que había visto.
Los niños acostumbran a
generalizar lo particular y esto es más cierto cuando su mundo se limita al
entorno familiar inmediato y las conclusiones se toman en una edad temprana.
En
nuestros primeros años de vida necesitamos que nuestros modelos- padre, madre,
maestros y otros…_ nos proporcionen un clima en el que poder elegir por
nosotros mismos. Y ¿qué ocurre cuando las alternativas que nos ofrecen no
contienen ni pizca de satisfacción, de alegría compartida u otras cosas
positivas por el estilo? ¿O cuando hacemos las cosas por cumplir o estar más
que compartir? ¿Cómo puede un niño escoger aquello que no le es dado a elegir?
Generalmente sucede que los pequeños, deciden con gran inteligencia coger lo
mejor de entre todo lo posible.
Marta me contó que recuerda
a sus padres constantemente preocupados por todo: él por el trabajo; ella por
los estudios de los hijos, porque llegaba demasiado tarde o demasiado pronto,
porque podía caerse, enfermar…; los dos juntos por la subida de impuestos, el
coste de la vida, la crisis, el futuro de España y una interminable lista de
factores. El recuerdo de Marta es absolutamente real. Si rebusca en su memoria
recuerda momentos felices, aunque la tónica general fue hacer castillos de un
grano de arena. De toda esta experiencia Marta concluyo que “Hacerse mayor es
un rollo” y “Yo seré como mamá. Siempre me han dicho que soy clavadita a ella.
Conozco a personas que tienen la suerte de vivir alegres, como la Sra. Carmen,
pero yo seré como mamá”
La alegría de un niño
precisa del entorno, ser compartida, para poder encauzarse bien y desarrollarse
positivamente. ¿Compartían tus risas, tus juegos, o aquello que tanto te
excitaba?
Lo fundamental está en
descubrir si la desgracia era la excepción o la regla; si lo normal era la
preocupación y la desdicha o eso era lo extraño.
¿Te enseñaron tus padres, con
sus actuaciones que la vida es hermosa, que los problemas se resuelven sin que
tengan que ser mayores o alimentarlos, que compartir momentos y alegrías une a
las personas y que avanzar unidos es placentero y sencillo y más eficaz que hacerlo
en solitario? ¿Te enseñaron a compartir o a competir?
Nadie es perfecto. Ni ellos,
ni nosotros. No debes preocuparte. Nadie tiene ni puede ser perfecto. Tan solo
lo mejor que podamos y sepamos. Lo único que nos interesa es tomar conciencia
de qué nos enseñaron y qué decidimos acerca de ello. Valorar si ahora nos sirve y
en el caso de responder “NO”,
aprender de nuevo escogiendo otras alternativas.
"Lo que no fue entonces, puede ser ahora"
.