Aprendamos a amarnos: Formas de pensamientos erroneas
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UNO
: Descubre los pensamientos que transmiten infelicidad..
(Musicalmente, variaciones
sobre el mensaje “NO DISFRUTES”)
Por lo general nos educan
para que mediante las palabras nos deseemos felicidad, paz, salud, amor y
muchas más cosas buenas: “Disfruta de tus vacaciones” “recupérate pronto”
“feliz aniversario” “te deseo lo mejor” “que lo disfrutes con salud”
“Bienvenido a casa”
Frases que conocemos bien. Pretenden
ser demostrativos de nuestras intenciones. Sin embargo, ocurre demasiado a
menudo que enseñamos y mostramos lo contrario con nuestros gestos, actuaciones
cotidianas, al expresar nuestros sentimientos y también al hablar con nuestro
lenguaje corporal.
Os pondré un ejemplo de una
historia que recuerdo: Casi siempre que Sonia salía a la calle o a su propio jardín para jugar, se oía a su madre decir: “¡Cuidado que te vas a poner mala! ¡Quédate quieta y no sudes ni corras que luego
sabes que te sienta mal!”
La repetición de esa idea, junto con la fuerza
y seguridad al expresarla, además de sus miedos y falta de conocimiento sobre
el asunto, llevaron a Sonia a pensar: “Si disfruto con mi cuerpo me pondré
enferma. Será mejor que me quede quieta leyendo y estudiando”
Aún no había cumplido ni 7
años cuando tomo la decisión de estar lo más quieta posible. No hacia ningún
deporte, ni disfrutaba del placer de caminar, ni de nada que pudiera hacerle
sudar. “No puedo hacerlo” se repetía hasta convencerse de verdad. Se ahogaba al
mínimo esfuerzo. Andaba con lentitud porque se cansaba y no podía, le dolía
cualquier cosa que representara un leve esfuerzo como subir dos escalones. Se
identificaba con cada límite y barrera. Era
profundamente infeliz a pesar de no tener carencias económicas.
Cuando nos
reencontramos me dijo que le gustaría cambiar eso. Unas charlas después se
apuntó a un gimnasio para hacer yoga y aprender a respirar. Al poco eligió disfrutar de su cuerpo en
movimiento y ser sana y empezó a “pasarlo genial”.
Los mensajes recibidos en la
infancia, eran muy cerrados, dejando pocas alternativas:
- · “No te muevas y así nada malo ocurrirá”
- · “Si lo haces, te pondrás enfermo”
La falta de conocimiento
sobre algunos temas, el miedo y la educación recibida de su madre, le
transmitieron pensamientos de desvalorización, miedo y culpa.
Somos emisores vivos.
Enviamos mensajes a los demás y recibimos los que los demás nos envían.
Entiendo por mensaje, cualquier señal que dice algo, tenga o no la intención de
hablar o decir. Un mensaje es un gesto, una palabra, una sonrisa, un adiós o un
silencio dado… Tenemos responsabilidad sobre nuestras transmisiones y la
debemos asumir. Predicamos con el ejemplo. Con lo que haces mucho más que con
lo que dices, que tiene carácter temporal y más perecedero. La expresión
facial, el gesto, el tono de voz, la ironía…Importa tanto lo que decimos, como
la forma que en que hacemos las cosas.
Hoy vamos a reflexionar sobre esta cuestión:
- ¿Qué forma de pensar tenían mis padres?
- ¿Que dinámicas de comportamiento frente a los problemas?
- ¿Qué pensamientos se originan en mi familia?
- ¿Qué pensamientos me generan infelicidad?
Nota:Te aconsejo que utilices papel y boli y te líes a escribir lo que crees y piensas. Es solo para ti.Nadie juzgara tu forma de escribir, tu lenguaje o tu caligrafía. Te aseguro que es muy eficaz, pues vas a releerlo muchas veces para aprender a amarte y conocerte
¡Feliz día y mucho amor!