EL SONIDO DE LA MÚSICA
http://unateoriadesalud.blogspot.com/2016/08/el-sonido-de-la-musica.html
El sonido de la música vibra
hoy en mi casa y el jazz se convierte en el corazón del tiempo.
El Jazz es el sonido de la
calle y del alma cuando suena el saxo de Coltrane con voz humana, la melodía o el solo del piano. Platillos, batería, contrabajo marcan el "tempo" de una melodía
que nace, viaja y retorna al inicio, rota por “breaks” improvisados en una
declaración de rebeldía con un “coste” determinado.
Los
“Jazz man” montan su vida en torno al Jazz y este tipo de música, como novia
posesiva los lleva a gozar, soñar, vivir y viajar con el jazz convirtiéndose en
su Amor verdadero. Por eso creí que en el Arte de Amar aún se requieren sacrificios.
A diferencia otros estilos
de música, el Jazz trata de Amor verdadero y correspondido, que
mejora con el tiempo y sabe compensar las pérdidas en la voz con “swings”…
Ese
respirar jadeante de Billie Holiday con
una voz que ha perdido fuerza, se convierte en algo inesperadamente hermoso,
que dice algo diferente.
El jazz, como las personas, cuenta con multitud de
posibilidades para la renovación, la innovación y la regeneración de lo que a
veces damos por perdido.
Para el Jazz, lo que cuenta
no son los valores absolutos: correcto, bueno, malo, afinado… sino la apertura
hacia nuevos modos de experimentar y de mirar, apoyándose en dos pilares: El
espacio armónico o norma y la improvisación o disidencia.
Como todo juego
estético, se define por la interacción entre la imposición y la oposición. Abro los ojos para ver que en todos los campos del alma, ya sea música, arte o
amor, acabamos soñando y a veces exigiendo desde la norma, la
improvisación…como un impulso de búsqueda de libertad o de reafirmación del
propio criterio. En este sentido el jazz y el amor son iguales: Nada tan opresivo que un terreno limitado, o tan apasionante como una nueva
experiencia.
El Jazz y el Amor se
improvisan cada día, pero si queremos sobrevivir sentimentalmente, es preciso
convertirse en un disidente del Amor en la vanguardia que avanza y aprende a ejecutar
diferentes formas de interpretarlo.
Hoy mi corazón late al ritmo
del sonido de John Coltrane. Su sonido me envuelve y me transporta con su “A
Love Supreme”. El Amor que parte de uno mismo hacia el Todo. Amor universal y cósmico, completo en si mismo, siempre capaz de experimentar y crecer, regenerarse y florecer.
La primera vez que la escuche, pensaba en un amor más humano. Un día descubrí
que nunca había existido ningún impedimento para disfrutar del Amor, excepto en
mi misma, prisionera de mis muros cambiantes, pendiente de visiones de lugares
venideros y distantes, en mi compulsión de perseguir imposibles, de engancharme
solo a lo que sabía con fecha de caducidad impresa de antemano. Por una parte,
no sabía vivir sin amor, pero, por otra, necesitaba amar imposibles, como si no valiera lo suficiente como para merecer un amor absoluto, sino solo
condicional. Era, es, como empeñarse en perseguir el horizonte, siempre
cercano pero siempre inalcanzable, en lugar de permitirme ser.
Si. Hoy escucho a Coltrane:
“A Love supreme” me dejo llevar y
siento su Amor Supremo.
Dulces y bellos sueños¡¡¡
Modelo : Cris Lustres
Fotografía: Candiño