FORMAS DE PENSAMIENTO Y SUS DINÁMICAS: Cómo nos afectan.
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Somos energía y es esta la
que nos da vida. Partimos de una porción de energía mayor, con capacidad de
tomar forma física, crear, proyectar y ser, con libre albedrío. Existimos
físicamente aquí y ahora para crear, experimentar, aprender, crecer y
compartir, para luego integrar dicha información en la energía de procedencia.
El Pensamiento, esa manera
especial que tenemos de mirar y ver las cosas, está construido con programas de
información, imágenes, sensaciones, olores, sentimientos, recuerdos conscientes
o inconscientes.
Tomamos forma física con
programas base, necesarios para vivir la experiencia, como una supermáquina en
continua evolución. Otros programas los vamos incorporando a lo largo de nuestra
etapa de crecimiento y desarrollo a ser humano adulto y otros, proceden de la
información recibida genéticamente de los progenitores y sus ancestros, la
cultura asociada al grupo de pertenencia, en qué basan sus verdades/ acuerdos
de relación (lo que se hace, lo que está bien, lo que está mal, cómo se hace,
en cada grupo). Con estas herramientas, nos
disponemos a vivir la experiencia vital con plenitud, aprender a solucionar
conflictos para crecer con armonía y creatividad
Como energía dotada de poder
de atracción (que es aquel capaz de mantener las estructuras creadas) está
ligada a dinámicas de movimiento y a un constante cambio, lo que favorece y
facilita la experiencia.
Hay muchísimas y variadas
dinámicas de comportamiento, algunas muy sutiles. Muchos grandes pensadores las
identifican como “Roles de Ego”. Reconocer estas dinámicas de pensamiento,
comprenderlas e integrarlas en Ego (guardar en la memoria), forma parte de esta
experiencia vital libre, que puede elegir de
qué forma y manera integramos dicha experiencia, como vamos a vivirlo.
Así con cada vivencia, se
genera un recuerdo, un programa que se queda grabado en esta memoria energética
que nos conforma. Cada experiencia y emoción sumada, establece a su vez una
dinámica de comportamiento y pensamiento que se repite de forma cíclica hasta
encontrar la manera de integrarla de forma armónica, solucionarla. (De ahí esas
sensaciones de “siempre me pasa lo mismo”. O de “esto ya lo he
vivido”…)
Para comprender el verdadero origen que activo estas dinámicas de
comportamiento en conflicto, se requiere entender, tomar conciencia, aceptar
situaciones…hasta llegar a vislumbrar el verdadero origen que la generó. Reconocer como aceptamos y
construimos nuestra realidad requiere reflexión, analizar nuestras emociones e
intentar salir de los círculos repetitivos.
Cuando estamos atrapados en
dinámicas de comportamiento disarmonicas, esta forma de pensamiento generada,
penetra hasta la estructura física misma y se manifiesta en nuestro cuerpo en
forma de carencia, enfermedad, obstáculos, conflictos…y nos predispone a
reactivar dinámicas reactivas procedentes de recuerdos de experiencias
anteriores negativas, gravadas en nuestra energía vital y que pueden llegar a
afectar a todos los niveles del organismo que manejamos: Físico, mental,
emocional, relacional, originando conflictos y enfermedades, aunque no solo se
deba a eso…
Hay tres formas de
pensamiento más repetidas con base a dinámicas de:
- · Miedo
- · Desvalorización
- · Culpa
Están inscritas en la
estructura misma de nuestro pensamiento, son las primeras que debemos de
conocer e integrar para avanzar y comporta un trabajo de silencio,
reflexión, meditación.
Muchas veces nos confundimos
en este aprendizaje. Creemos que porque somos capaces de entender estas
dinámicas, significa que somos capaces de llevar a término la integración, sin embargo esto no sucede así. Para integrarla correctamente es necesario ser sincero con uno mismo y desnudarse. Analizar
detenidamente cada reacción, como si de otro se tratase, esquivar la
afectación, valorar cómo y porque suceden las cosas sin entrar en juicios de
valor, por qué las hacemos de esta manera: para poner de acuerdo lo que decimos,
pensamos y construimos, para tener “buena conciencia”, para “quedar bien”, para
que nos acepten, para tener más o ser el mejor…
Frente a las
dinámicas de comportamiento, solemos reaccionar defendiéndonos o sometiéndonos.
La mayoría de las veces
nuestras verdades, nuestras creencias son tan solo falacias, en si mismas
verdades, pero no la Verdad. Solo con la comprensión de la razón, del mental no
conseguimos avanzar. Comprender y entender las cosas proporciona armonía
temporalmente pero no resuelve el asunto. Hay que integrar el mental, el
emocional y la percepción del físico en el concepto general que tenemos de
nosotros mismos y no por partes.
La resolución de conflictos,
pasa por la voluntad de cada uno y solo por uno mismo. Podemos recurrir a
técnicas, ayuda exterior, terapeutas, amigos…pero la verdadera resolución pasa
por entender, comprender e integrar lo que sucede y tomar libremente la
decisión de cómo vamos a vivir lo que ocurre, construirlo y guardarlo en la memoria
energética.
Aceptarse uno mismo como es, para poder transformar. Despójate de
todo cuanto atrapa y limita tu libertad de decisión y por ende de actuación.
Existen multitud de terapias
pensadas para armonizar, el cuerpo, la mente, la energía del vital mediante la
búsqueda de dinámicas de comportamiento anteriores a esta experiencia… No hay
mejores, ni peores, sino adecuadas o no al momento.
Vivimos una experiencia 3D
disociada aún, al borde de las emociones, desconectados de los que somos,
atrapados por “necesidades”, desarrollando e interpretando “roles de ego”,
dinámicas de comportamiento y lo filtramos todo desde la polaridad y el precepto.
Revisemos las verdaderas causas de nuestro disconfort y de nuestra infelicidad.