Del griego : Todo, entero, Integral.
Una manera de mirar y entender la salud, mediante la aplicación de cuidados holisticos.
Cómo sobreponerse a las pérdidas y adaptarse
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Aprendamos a amarnos: Las relaciones de pareja

CUATRO: ¿TE SIENTES SATISFECHO EN TUS RELACIONES?

¿Cómo entendemos la relación de pareja?
La relación de pareja, sea del tipo de combinación que sea, ¿es una relación que te produce felicidad?
Respeto enormemente cualquiera de los caminos por los que uno opte, siempre y cuando lo haga de una manera libre de condicionamientos internos o externos.
Si vives solo/a, con uno o varios amigo/as, con un grupo o comunidad de personas o de cualquier otra forma, está bien si eres tu el que lo has elegido y así eres feliz.
Personalmente creo en que una relación de pareja debe de ser sinérgica e interdependiente.




Sinérgica en cuanto a tener claro el concepto de que juntos podernos hacer cosas imposibles por separado, porque aún conservando nuestra identidad personal y el otro la suya, sus capacidades y las mías combinadas nos brindan muchas más oportunidades y posibilidades. En resumen: 1+1=3 o más.

Interdependiente, en cuanto a capaz de compartir juegos, risas, alegrías y penas, dolor y sufrimientos; apoyarse y protegerse el uno al otro; que intercambian pensamientos, opiniones, sentimientos con el mayor de los respetos y que diariamente eligen amarse. Pero lo más importante: son capaces de llegar a acuerdos claros y sinceros de cómo van a vivir la vida conjunta.
Para mi, la sinergia y la interdependencia son las claves para una relación sana y feliz.

La interdependencia no es ni dependencia ni independencia

Es la superación de los dos extremos, es ser capaces de establecer acuerdos, compromisos, o pactos.

En una relación dependiente, las personas son incompletas, son mitades que buscan su media naranja que les complemente. Uno de los miembros es el que toma las decisiones, el que piensa y opina, organiza…vaya “el que lleva los pantalones”. El otro es el que se somete o rebela frente a las directrices de su compañero/a. Uno Domina y el otro Se Somete, o es dominado. Lo más habitual es que se cambien las tornas e incluso se repartan por áreas de dominio y poder, por ejemplo: uno manda en casa donde el otro no tiene ni voz ni voto y el otro manda fuera y elige por ambos las vacaciones, las salidas, las inversiones de dinero. 
Hay muchas variaciones sobre el tema de las dependencias. Generalmente cuando utilizan la palabra “nosotros” lo hacen incorrectamente; cuando dicen “nosotros pensamos” están queriendo decir “yo he pensado y decidido por los dos”.

La relación independiente, representa el otro lado. El lado opuesto: “Yo soy yo, tú eres tú. Si tú quieres hacer una cosa la haces y si yo otra la hago. Si coincidimos vamos juntos y sino estamos separados. No te necesito para nada”

Esto está bien si tienes en cuenta que esta forma de pensar se dirige hacia el aislamiento, al “cada uno tira para su lado” y al distanciamiento. ¿Dónde está aquí la posibilidad de compartir? ¡Y lo gratificante que resulta avanzar los dos un paso para encontrarnos en el camino y compartir experiencias!

Mi formula, o mejor dicho, la formula en la que me centro es la de la relación interdependiente:
            “Yo soy yo, una persona entera de pies a cabeza con todas mis posibilidades; tú eres tú, completo también; y los dos juntos somos NOSOTROS, otra unidad”

Nosotros no funciona si cada uno no es capaz de respetar y llegar a acuerdos. Ser leal y sincero. Nosotros perdura mientras existe el respeto y la interdependencia.

El resumen de la formula:

                        1  +  1      =  1    +  1    +    1
                        Tu    Yo       Tu      Yo     NOSOTROS


Con todo esto quiero decir, que para vivir una relación de pareja sana es imprescindible que yo sea yo misma al igual que el/ella. Poseemos toda la fuerza y la energía de esa nueva entidad que se genera que es “la pareja”.

A la práctica representa que los dos toman elecciones independientes sobre temas propios que incumben a cada uno por separado, como el trabajo, los estudios, amistades, la ropa que se compran, los deportes que practican, el cuidado personal y otros… Y además deciden conjuntamente sobre aquellos asuntos que quieren compartir, como puede ser: el dinero, la organización de la casa, la educación de los hijos, como van a vivir la sexualidad, las amistades, las diversiones. Ellos eligen que comparten y de que forma mediante acuerdos claros.

Ambos están dispuestos a dejar de hacer hoy aquello que les gustaría para estar al lado de su compañero, con la seguridad en que él también renunciara a otras para estar a tu lado; a bajarse del burro para encontrarse a medio camino; a repartirse las responsabilidades cuando las cosas no andan bien y cuando van viento en popa y a toda vela; a trabajar lo necesario para avanzar, para aprender juntos a superar las propias limitaciones del YO.


Siguiendo la dinámica de la que forma parte este taller para aprender a amarnos, revisemos algunos de los pensamientos erróneos, que de poseerlos no te ayudaran a ser feliz en pareja.


PENSAMIENTOS ERRÓNEOS
·         “Ya no soy libre”
·         “Ya me he casado, ya la he pifiado”
·         “Ahora no podré divertirme; suerte que aproveche antes de conocernos”
·         “Antes, cuando era libre podía hacer muchas más cosas que ahora”
·         “La pareja es sacrificio”
·         “No podré hacer lo que quiera, sino lo que el/ella me pida”
·         “Las mujeres son dominantes y manipuladoras”
·         “Los hombres son como niños”
·         “No puedo: tener amigos, esquiar, estudiar, divertirme,…”
·         “Ahora tengo que ser responsable. ¡que rollo!
·         “Me debo a el/ella”
·         “si no fuera por X seria feliz”
·         Seré bueno/a para que no me deje”
·         “Tendré que complacerle para que esté contento/a; para que me quiera; para que no me cree problemas; para que no se ponga nervioso/a…”
·         “El matrimonio es una cruz”
·         “La convivencia es difícil”
(Añade tu mismo/a las que tu dices o piensas que son parecidas a estas , pero no idénticas)

¿Piensas que con estos pensamientos en la cabeza es posible vivir con satisfacción la relación? ¿Cuáles son las consecuencias lógicas de albergar algunos de los pensamientos de este tipo, alguna de esas creencias?. Es evidente que no van en dirección de la felicidad.

ALGUNOS SENTIMIENTOS DAÑINOS:

Depresión: Por no ser tu mismo. Por estar muy pendiente de complacer y cuanto más te esfuerzas, menos complacido esta el otro. Porque no recibes suficientes caricias positivas, ya sean físicas o verbales.

Atado: Te sientes “atado de pies y manos”. Piensas que no puedes hacer, decir, desear, entrar, salir… sin el beneplácito de tu acompañante. Crees que ya no eres libre y como estás muy convencida de eso, no dejas de repetirlo día a día, momento a momento para convencerte un poco más, hasta acabar amarrada de verdad. Atado a tus propias erróneas ideas.

Culpa: No consigues ser exactamente como el/ella quiere que seas y por ello piensas “soy malo”. También te hartas de complacer y ser dócil como un corderito y ¡Zas!, sacas las uñas y haces justamente aquello que molesta más a tu compañero. Quieres vengarte y además buscas recibir un palo para el que ya has comprado todos los números.

Agotamiento: Llevas sobre tus espaldas tantas responsabilidades que no has elegido, que te han caído desde fuera o que te has autoimpuesto, que periódicamente te cansas. Puede ser que fantasees con largarte y que incluso lo hagas; puede ser que deformes tu cuerpo llegando a “jorobar” o machacar tu espalda.

Mártir: Por hacer sacrificios constantemente incluidos los que nadie te pide que hagas. Los “salvas” porque los subvaloras y terminas sintiendo RABIA

Victima: Como víctima crees que eres explotado o manipulado y en consecuencia actúas dejándote utilizar. De vez en cuando, cambias de traje y te conviertes en perseguidor pero pronto vuelves a la posición inicial. Permites e incluso buscas ser manipulado, maltratado, dominado…

Rabia: Porque tu pareja no es como te gustaría que fuera. Porque lo mides y lo juzgas bajo los esquemas de la educación que has recibido y el otro se aparta de ellos. Porque esperas que sea un ser perfecto y no aceptas sus limitaciones. Puedes sentir rabia contra ti mismo por no valorarte lo suficiente.

Miedo:
·    A no ser querido. Por eso pones tanto empeño en ser complaciente al máximo y por ese mismo temor fracasas continuamente en tu empeño.
·         Albergas la falsa idea de que no eres capaz de controlar tus emociones y muy particularmente la rabia. Por ese motivo aguantas mecha, te callas, pero “la procesión va por dentro”. Un día, sucede algo pequeño, sin demasiada importancia y entonces explotas sin dirección ni sentido. Dices cosas que ni siquiera piensas y que el otro no entiende: “¿A que pito viene eso?””¿Pero yo que he hecho para que te pongas asi?”. Después viene la culpa: “Me he pasado. No debía de haberlo hecho, dicho…”
·    Puede ser que temas perder el control sobre tu sexualidad. Estas a caballo entra la represión del sexo porque es malo y asqueroso y, vivir todas las experiencias sexuales que desees, porque el sexo es natural y todos lo hacen… Encuentra tu punto. Yo elijo el control de mis deseos. Yo gobierno mi sexualidad y no ella a mi. El límite de mis deseos son las otras personas y asumo controlar mi sexo para respetar a otros. Eres más libre cuando ante cada elección escojas, no lo que más te gusta, sino lo que te hace más Persona.


·    Otras emociones del estilo son: inferioridad, inseguridad, superioridad, envidia, celos, venganza, etc…
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