Del griego : Todo, entero, Integral.
Una manera de mirar y entender la salud, mediante la aplicación de cuidados holisticos.
Cómo sobreponerse a las pérdidas y adaptarse
Cuaderno de campo
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Aprendamos a amarnos : ALGUNAS ACTUACIONES PROPIAS DE LA PERSONA INFELIZ


Para continuar, vamos a repasar algunas dinámicas que acompañan la infelicidad:

Dañarse de mil maneras distintas:
·       Hablas mal de ti y así destruyes a tus ojos y a los ajenos tu propia imagen: Todo me sale mal” “Soy tan patoso””No hay nadie que me aguante”. Con estas palabras les estas enseñando como maltratarte
·         Te cortas, te caes, golpeas, enfermas o sufres accidentes a menudo.
·         Olvidas cuidarte. Te dedicas exclusivamente a ayudar a otros; tal vez esperas que sean ellos los que te protejan y cuiden. Acostumbras a quedarte hasta el final. En definitiva crees que importas “tres pepinos” a los demás.
·   Colocas tu vida en peligro probando todo tipo de venenos como alcohol, drogas, anfetaminas, todo tipo de calmantes, conduciendo a toda velocidad por lugares inapropiados, con las ruedas en mal estado, sin revisar el motor, con sueño…Sientes placer ante situaciones peligrosas y con riesgo. Provocas ser perseguido…

Amenazar con la muerte, desgracia, enfermedad:
·       “Si vas en moto te puedes matar”. Estas abriendo la posibilidad, la puerta a que el/ella se mate, con  tu “Te puedes”. Observa cómo sería una frase constructiva: “Ir en moto es arriesgado si quien conduce no toma precauciones. Sé que tú lo harás bien. Estoy seguro/a que sabrás protegerte adecuadamente y ni te dañaras ni dañaras a nadie” y se puede continuar dando a conocer formas concretas de protección
·     “Si tomas mucho el sol te dará una insolación”  Afirmación negativa. Da por sentado que así será
·         “Si lees tanto te volverás loco”. Es una afirmación negativa, limitante, llena de miedos.

Tomarse la vida a toda prisa:
·         Llevas la prisa en el cuerpo y vas por la vida como si fueras a perder el tren. Es así como te impides saborear los instantes, las experiencias, las sensaciones que vives. Mi abuela me repetía sin cesar: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”

Observar la realidad bajo el prisma de lo que falta:
·        Miras y solo ves aquello que no tienes. Descubres el defecto propio y el ajeno. Sientes odio por ello. Haces montañas de pequeñas cosas. Malgastas mucha energía pensando en lo bien que estarías si tuvieras o consiguieras tal o cual cosa y cuando ya está, ya es tuya vuelves a empezar el circuito pensando de nuevo “si tuviera...” Lo justificas llamándolo ambición, aspiración, anhelo de mejorar. W. Churchill ya decía: “Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. ¿Cómo eliges verlo tu? Dale a tu vida otro color.

Despreciar lo corriente:
·         Desestimas lo cotidiano, esas pequeñas cosas de la vida porque “la gente no aprecia estas cosas” Solo ensalzas los hechos notorios e importantes, dignos de aplausos y admiración…
·         Lo que te ocurre es que solo valoras lo que valoran los demás

Olvidar lo realmente importante:
·         Apartas de tu memoria las bonitas experiencias que has vivido y la llenas y entretienes con todos los desagravios sufridos. Pierdes el tiempo en “padeceres” que no solucionan nada y te quitan mucha energía.
·         Recordando lo negativo mantienes el convencimiento de lo mal que te trata la vida: “Hace 20 años me dijiste que era una asquerosa manipuladora”

Considerar que los problemas son motivo de desgracia:
·    Carmen se entristecía con cada pequeña cosa que se estropeaba en casa. Con cualquier problema de sus hijos o ante la más mínima discusión entre ellos sin importancia. Si la comida le quedaba mal, se lamentaba: “Que pena. Me ha quedado horrible”
·         Los pequeños problemas del día a día no son causa de drama. Solo esperan una respuesta. Piden que tomemos las medidas adecuadas para resolverlos. No conviene ni exagerar, ni minimizar sino resolver.

Sentirse mal por cuestiones irresolubles:
·    Eliges sentirte a disgusto, enfadado/a, de mal humor por las cosas que no están en tus manos, ni puedes hacer nada para que cambien, como la lluvia, el calor del verano, que sople el viento, que el metro este lleno, que tu madre tenga la mala costumbre de criticarte…

Tentar y/o Seducir:
·     Provocas a alguien con la intención de que haga o deje de hacer algo prohibido para ti y luego, cuando la víctima ha caído en tus redes, la destruyes.
·         Carlos llevaba tres años intentando convencer a su mujer para que participara en un “menage a trois”. Cuando por fin ella dijo sí, comenzó a despreciarla: “nunca me hubiera imaginado que cayeras tan bajo” “para mi has dejado de ser lo que eras” “ya nunca será lo mismo entre nosotros” “A partir de ese momento empezó mi infelicidad”
·      Esta es una situación similar a la de aquellas mujeres que primero los seducen y cuando ellos se acercan a cobrar lo prometido, les pegan el moco o el palo: “qué te has creído” “todos sois iguales, solo veis en las mujeres objetos sexuales”

Actuar para que alguien te dé una patada:
·    Haces exactamente lo que provoca la ira en X. Recibes estoicamente su descarga de gritos, bofetada o “eres un desastre” “eres un vago/a”. El final de este proceso tiene como resultado un sentimiento negativo: Depresión.
·         Quizás sea otro tu pago. Te quedas con las ideas destructivas: “no me quiere” “prefiere a Y que a mi” “me desprecia”…

Perder el control:
·    Te sales de tus casillas cuando el vaso esta muy lleno. Generalmente, tu explosión es muy desproporcionada y cuando llega la calma te sientes culpable. Puede ser que consigas pasarles la pelota con un “son ellos los que me ponen nervioso/a” y así justificas tu actitud y te quedas tranquilo. En lo más profundo de ti, sabes que hay algo en ti que no funciona.

Dedicarse exclusivamente a prestar ayuda a otras personas:
·        Te olvidas de ti. Atiendes a los demás sin dudas ni tardanzas, a cualquier hora del día. Sus deseos son órdenes para ti. Pero tu te tratas como el último mono, por la falta de autocuidado y por no reclamar tu ración de mimos con un “yo también quiero” “yo también soy importante”.
·        Este tipo de dinámicas te pueden llevar a caer enfermo, a sufrir accidentes o a que te deprimas

Pensar lo peor:
·     A menudo ante un problema piensas en cosas muy trágicas, en desgracias mayores. Tienes la capacidad suficiente para darte cuenta de que es más probable lo sencillo y sin embargo prefieres quedarte con la explicación que te haga sufrir más. Tu beneficio es la infelicidad.
·   Los pensamientos: “Los hijos solo traen dolores de cabeza” “La vida es sufrimiento y dolor” “Siempre ocurre lo peor”… ¡Tantas ideas negativas no hacen ningún bien a nadie!

No valorar lo que tienes:
·   Todo lo del vecino te parece “superlativo”. Quieres tener lo más bonito, lo mejor. Todavía no has descubierto que lo mejor de lo mejor no existe aún y que depende de modas, gustos, épocas. Quieres vacilar de coche, de TV, de casa, ropa, joyas, estilo, cultura. Lo que tienes, llevas o compras tiene que estar valorado o premiado por alguien que consideras muy importante.
·    Si no puedes acceder a tus deseos de más o mejor que, te sientes insatisfecho, desgraciado o inferior.. y lo peor es que mientes para que nadie se entere
·         No te das cuenta de que no hay felicidad en las apariencias. Tus pertenencias valen en la medida en que han sido disfrutadas por ti: Es más cómodo el sofá como estaba pensado y sin fundas; la ropa que no te quitas de encima es la más bonita porque te permite ser tu y te hace sentir más tu y por supuesto, son preciosos aquellos objetos que aumentan la calidad de tus vivencias, y que no temes perder.

Escoger un entorno castigador:
·      Trabajas en la empresa más rígida y exigente de la ciudad. Te has buscado un circulo de amigos cuya satisfacción está en criticar. Eliges por compañero/a a una persona siempre triste y malhumorada por todo. Tu pareja te grita, maltrata, se droga, se emborracha
·        Has seleccionado para ti un entorno desagradable que te ofrece la ventaja y la justificación a tu infelicidad, así no tienes que enfrentarte a ti. Tienes muy claro que son ellos quienes te hacen desgraciado/a

Lamentarse de lo que sucedió:
·     Con demasiada frecuencia te amargas la existencia con lamentaciones del tipo: “Si cuando gane tanto dinero me hubiera comprado eso, ahora tendría el doble””si le hubiera dicho esto o aquello, la conversación hubiera acabado bien” “si cuando vi que estaba nublado hubiera cambiado de planes, no me habría mojado”. Siempre puedes encontrar un motivo de queja y de verdad que lo encuentras.
·    Si solo te centras en encontrar lo que está mal, no te queda tiempo para disfrutar lo que esta bien y es bueno.


PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN (intenta contestar rápido con un si o no)

·         ¿Consideras que tus pensamientos son productores de felicidad?
·   ¿Afrontas los problemas que aparecen en tu vida serenamente y les das soluciones satisfactorias?
·         ¿Vives la vida paso a paso, saboreándola, sin pausa pero sin prisa?
·         ¿Eres un admirador/a de la vida misma?
·         ¿Tienes la buena costumbre de registrar las experiencias positivas que vives? ¿Las recuerdas?
·         ¿Te valoras porque eres tú, sin comparaciones inútiles?
·   ¿Te tratas con amor y respeto? ¿Pides lo que precisas e impides ser menospreciado?
·        ¿Perteneces a un grupo de personas que en conjunto están contentas con su vida?
·   En general ¿estas satisfecho de tus relaciones con las personas que te rodean?
·    ¿Piensas que hay personas merecedoras de tu respeto y en las que puedes confiar?

Interpreta tu mismo el resultado. Las respuestas negativas indican la presencia de infelicidad en ti.




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