Aprendamos a amarnos : ALGUNAS ACTUACIONES PROPIAS DE LA PERSONA INFELIZ
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Para continuar, vamos a repasar algunas dinámicas que acompañan la infelicidad:
Dañarse
de mil maneras distintas:
· Hablas mal de ti y así destruyes a tus ojos y
a los ajenos tu propia imagen: “Todo me
sale mal” “Soy tan patoso””No hay nadie que me aguante”. Con estas palabras
les estas enseñando como maltratarte
·
Te cortas, te caes, golpeas, enfermas o
sufres accidentes a menudo.
·
Olvidas cuidarte. Te dedicas exclusivamente a
ayudar a otros; tal vez esperas que sean ellos los que te protejan y cuiden.
Acostumbras a quedarte hasta el final. En definitiva crees que importas “tres
pepinos” a los demás.
· Colocas tu vida en peligro probando todo tipo
de venenos como alcohol, drogas, anfetaminas, todo tipo de calmantes,
conduciendo a toda velocidad por lugares inapropiados, con las ruedas en mal
estado, sin revisar el motor, con sueño…Sientes placer ante situaciones
peligrosas y con riesgo. Provocas ser perseguido…
Amenazar
con la muerte, desgracia, enfermedad:
· “Si
vas en moto te puedes matar”. Estas
abriendo la posibilidad, la puerta a que el/ella se mate, con tu “Te
puedes”. Observa cómo sería una frase constructiva: “Ir en moto es arriesgado si quien conduce no toma precauciones. Sé que
tú lo harás bien. Estoy seguro/a que sabrás protegerte adecuadamente y ni te
dañaras ni dañaras a nadie” y se puede continuar dando a conocer formas
concretas de protección
· “Si
tomas mucho el sol te dará una insolación” Afirmación negativa. Da por sentado que así
será
·
“Si
lees tanto te volverás loco”. Es una afirmación negativa,
limitante, llena de miedos.
Tomarse
la vida a toda prisa:
·
Llevas la prisa en el cuerpo y vas por la
vida como si fueras a perder el tren. Es así como te impides saborear los
instantes, las experiencias, las sensaciones que vives. Mi abuela me repetía
sin cesar: “No por mucho madrugar,
amanece más temprano”
Observar
la realidad bajo el prisma de lo que falta:
· Miras y solo ves aquello que no tienes.
Descubres el defecto propio y el ajeno. Sientes odio por ello. Haces montañas
de pequeñas cosas. Malgastas mucha energía pensando en lo bien que estarías si
tuvieras o consiguieras tal o cual cosa y cuando ya está, ya es tuya vuelves a
empezar el circuito pensando de nuevo “si
tuviera...” Lo justificas llamándolo ambición, aspiración, anhelo de
mejorar. W. Churchill ya decía: “Un
optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad
en toda oportunidad”. ¿Cómo eliges verlo tu? Dale a tu vida otro color.
Despreciar
lo corriente:
·
Desestimas lo cotidiano, esas pequeñas cosas
de la vida porque “la gente no aprecia
estas cosas” Solo ensalzas los hechos notorios e importantes, dignos de
aplausos y admiración…
·
Lo que te ocurre es que solo valoras lo que
valoran los demás
Olvidar
lo realmente importante:
·
Apartas de tu memoria las bonitas experiencias
que has vivido y la llenas y entretienes con todos los desagravios sufridos.
Pierdes el tiempo en “padeceres” que no solucionan nada y te quitan mucha
energía.
·
Recordando lo negativo mantienes el
convencimiento de lo mal que te trata la vida: “Hace 20 años me dijiste que era una asquerosa manipuladora”
Considerar
que los problemas son motivo de desgracia:
· Carmen se entristecía con cada pequeña cosa
que se estropeaba en casa. Con cualquier problema de sus hijos o ante la más
mínima discusión entre ellos sin importancia. Si la comida le quedaba mal, se
lamentaba: “Que pena. Me ha quedado
horrible”
·
Los pequeños problemas del día a día no son
causa de drama. Solo esperan una respuesta. Piden que tomemos las medidas
adecuadas para resolverlos. No conviene ni exagerar, ni minimizar sino
resolver.
Sentirse
mal por cuestiones irresolubles:
· Eliges sentirte a disgusto, enfadado/a, de
mal humor por las cosas que no están en tus manos, ni puedes hacer nada para
que cambien, como la lluvia, el calor del verano, que sople el viento, que el
metro este lleno, que tu madre tenga la mala costumbre de criticarte…
Tentar
y/o Seducir:
· Provocas a alguien con la intención de que
haga o deje de hacer algo prohibido para ti y luego, cuando la víctima ha caído
en tus redes, la destruyes.
·
Carlos llevaba tres años intentando convencer
a su mujer para que participara en un “menage a trois”. Cuando por fin ella
dijo sí, comenzó a despreciarla: “nunca
me hubiera imaginado que cayeras tan bajo” “para mi has dejado de ser lo que eras”
“ya nunca será lo mismo entre nosotros” “A partir de ese momento empezó mi
infelicidad”
· Esta es una situación similar a la de
aquellas mujeres que primero los seducen y cuando ellos se acercan a cobrar lo
prometido, les pegan el moco o el palo: “qué
te has creído” “todos sois iguales, solo veis en las mujeres objetos sexuales”
Actuar
para que alguien te dé una patada:
· Haces exactamente lo que provoca la ira en X.
Recibes estoicamente su descarga de gritos, bofetada o “eres un desastre” “eres
un vago/a”. El final de este proceso tiene como resultado un sentimiento
negativo: Depresión.
·
Quizás sea otro tu pago. Te quedas con las
ideas destructivas: “no me quiere”
“prefiere a Y que a mi” “me desprecia”…
Perder
el control:
· Te sales de tus casillas cuando el vaso esta
muy lleno. Generalmente, tu explosión es muy desproporcionada y cuando llega la
calma te sientes culpable. Puede ser que consigas pasarles la pelota con un
“son ellos los que me ponen nervioso/a” y así justificas tu actitud y te quedas
tranquilo. En lo más profundo de ti, sabes que hay algo en ti que no funciona.
Dedicarse
exclusivamente a prestar ayuda a otras personas:
· Te olvidas de ti. Atiendes a los demás sin
dudas ni tardanzas, a cualquier hora del día. Sus deseos son órdenes para ti.
Pero tu te tratas como el último mono, por la falta de autocuidado y por no
reclamar tu ración de mimos con un “yo también quiero” “yo también soy
importante”.
· Este tipo de dinámicas te pueden llevar a
caer enfermo, a sufrir accidentes o a que te deprimas
Pensar
lo peor:
· A menudo ante un problema piensas en cosas
muy trágicas, en desgracias mayores. Tienes la capacidad suficiente para darte
cuenta de que es más probable lo sencillo y sin embargo prefieres quedarte con
la explicación que te haga sufrir más. Tu beneficio es la infelicidad.
· Los pensamientos: “Los hijos solo traen dolores de cabeza” “La vida es sufrimiento y
dolor” “Siempre ocurre lo peor”… ¡Tantas ideas negativas no hacen ningún
bien a nadie!
No
valorar lo que tienes:
· Todo lo del vecino te parece “superlativo”.
Quieres tener lo más bonito, lo mejor. Todavía no has descubierto que lo mejor
de lo mejor no existe aún y que depende de modas, gustos, épocas. Quieres
vacilar de coche, de TV, de casa, ropa, joyas, estilo, cultura. Lo que tienes,
llevas o compras tiene que estar valorado o premiado por alguien que consideras
muy importante.
· Si no puedes acceder a tus deseos de más o
mejor que, te sientes insatisfecho, desgraciado o inferior.. y lo peor es que mientes
para que nadie se entere
·
No te das cuenta de que no hay felicidad en
las apariencias. Tus pertenencias valen en la medida en que han sido
disfrutadas por ti: Es más cómodo el sofá como estaba pensado y sin fundas; la
ropa que no te quitas de encima es la más bonita porque te permite ser tu y te
hace sentir más tu y por supuesto, son preciosos aquellos objetos que aumentan
la calidad de tus vivencias, y que no temes perder.
Escoger
un entorno castigador:
· Trabajas en la empresa más rígida y exigente
de la ciudad. Te has buscado un circulo de amigos cuya satisfacción está en
criticar. Eliges por compañero/a a una persona siempre triste y malhumorada por
todo. Tu pareja te grita, maltrata, se droga, se emborracha
· Has seleccionado para ti un entorno
desagradable que te ofrece la ventaja y la justificación a tu infelicidad, así no tienes que enfrentarte a ti. Tienes muy claro que son ellos quienes te hacen
desgraciado/a
Lamentarse
de lo que sucedió:
· Con demasiada frecuencia te amargas la
existencia con lamentaciones del tipo: “Si cuando gane tanto dinero me hubiera
comprado eso, ahora tendría el doble””si le hubiera dicho esto o aquello, la
conversación hubiera acabado bien” “si cuando vi que estaba nublado hubiera
cambiado de planes, no me habría mojado”. Siempre puedes encontrar un motivo de
queja y de verdad que lo encuentras.
· Si solo te centras en encontrar lo que está
mal, no te queda tiempo para disfrutar lo que esta bien y es bueno.
PREGUNTAS
DE AUTOEVALUACIÓN (intenta contestar rápido con un si o no)
·
¿Consideras que tus pensamientos son
productores de felicidad?
· ¿Afrontas los problemas que aparecen en tu
vida serenamente y les das soluciones satisfactorias?
·
¿Vives la vida paso a paso, saboreándola, sin
pausa pero sin prisa?
·
¿Eres un admirador/a de la vida misma?
·
¿Tienes la buena costumbre de registrar las
experiencias positivas que vives? ¿Las recuerdas?
·
¿Te valoras porque eres tú, sin comparaciones
inútiles?
· ¿Te
tratas con amor y respeto? ¿Pides lo que precisas e impides ser
menospreciado?
· ¿Perteneces a un grupo de personas que en
conjunto están contentas con su vida?
· En general ¿estas satisfecho de tus
relaciones con las personas que te rodean?
· ¿Piensas que hay personas merecedoras de tu
respeto y en las que puedes confiar?
Interpreta tu mismo el
resultado. Las respuestas negativas indican la presencia de infelicidad en ti.