Del griego : Todo, entero, Integral.
Una manera de mirar y entender la salud, mediante la aplicación de cuidados holisticos.
Cómo sobreponerse a las pérdidas y adaptarse
Cuaderno de campo
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Aprendamos a amarnos: Formas de

TRES: ¿Disfrutas de tu vida?

No se puede disfrutar totalmente de este maravilloso don de la vida si te ocurre alguna de estas tres cosas:
·         No valorarte a ti mismo/a
·         No estimar a las personas que te rodean
·         No apreciar la vida

Miguel creía que era una porquería y que no valía nada, incapaz de apreciar las experiencias que vivía. Opinaba que los hombres y mujeres que pueblan el mundo, en su mayoría no valían para nada, excepto 3 o 4 amigos suyos que confirman la regla. ¿Cómo  podía compartir con ellos experiencias, tareas, momentos placenteros? Algo similar ocurre cuando los pensamientos son del tipo : “La vida es una M…” “La vida es sufrimiento o un valle de lagrimas” ¿Cómo es posible que con conceptos tan poco valorados sobre la vida, te maravilles del diente que le sale a tu hijo, de la nueva flor que brota o del murmullo de un río? ¿Cómo puede sorprenderte y admirarte o provocarte admiración aquello que no aprecias?¿Es imaginable el hecho de obtener satisfacción observando un estercolero o unos urinarios…? 

Aunque cueste creerlo hay muchas personas que poseen conceptos tan bajos como los que os cuento. Las expresiones:”Yo soy una M…” “ una basura” “no valgo para nada” “La vida es una porquería” y otras parecidas, corresponden a personas, a seres de carne y hueso que conozco. Gracias al trabajo desarrollado, estas ideas pueden ser sustituidas por estas otras: “Soy valioso/a” “La vida es hermosa” “Merezco vivir. Viviré” “Hay muchas personas dignas de mi estima y aprecio”


Listado de Pensamientos Equivocados:
·         No valgo nada
·         Soy poco importante
·         No sé para que vivo
·         Y si muriera o me matara…
·         Nadie me quiere
·         Si desaparezco haré un favor a mi familia
·         Las cosas que hace X si que son importantes
·         No puedo confiar en nadie
·         La gente es cruel, es mala
·         El mundo está loco
·         Esta vida es un desastre
·         ¿Para qué vivir?
·         La vida es sufrimiento
·         La felicidad es una fantasía. No existe.
·         Vivir es duro y difícil
·         No queda humanidad en el mundo
·         La vida no vale la pena
·         Yo soy una M…
Hay muchísimas más...

¿Viven en tu interior algunas sentencias como estas? ¿Verbalizas estas afirmaciones en tus diálogos? Si tu contestación es afirmativa, te sugiero ponerse manos a la obra y que hagas algo. Solo tu puedes cambiar eligiendo otros pensamientos productores de bienestar y felicidad. 

Quizás prefieres hacerlo acompañado, porque ya sabes que tu importas a otras personas y hay quien está dispuesto a colaborar contigo: Yo, por ejemplo. Sea como sea, no te quedes ahí. Puedes vivir bien y elegir la felicidad si empiezas por romper la cadena de pensamientos que te mantienen atrapado en esa forma de mirar y vivir la vida.

Las consecuencias de albergar en tu interior ideas dañinas y destructivas como las de la lista anterior, es poseer sentimientos displacenteros. Detrás de cualquier sentimiento negativo, hay un pensamiento equivocado, con la sola excepción de los sentimientos naturales.

Es decir: Bajo un sentimiento de inferioridad puede haber un pensamiento “Yo soy menos que…”  y bajo un sentimiento de inseguridad, uno como: “Yo no puedo” “Yo no soy capaz”…

SENTIMIENTOS DAÑINOS

Algunos sentimientos dañinos causan infelicidad. Cuando digo “dañinos” no pretendo entrar en juicios de valores sobre ellos, sino que son dañinos, nocivos o tóxicos para la persona que los alimenta:

Inferioridad: Se deben a que te comparas con los demás y al final de la operación, llegas a la conclusión de que “eres menos que X” o “te cuesta más que a Y”. A menudo escuchas en tu interior estas afirmaciones:”Lo podía haber hecho mejor”, “Podía hacer más”, “No soy capaz”, “Soy torpe”
Todavía no comprendes que fallar y fallar muchas veces forma parte del aprendizaje. Cayéndonos y levantándonos una y otra vez, aprendimos a caminar..¿No te acuerdas?

Superioridad: Has llegado a la conclusión de que eres único. El mejor, un ser maravilloso o más que los demás. Crees que las personas que te rodean son torpes, patosas o inexpertas. Piensas: “Si no fuera por mí...”. Pagas un precio muy alto por mantener estas creencias: Soledad e incomprensión

Depresión: No te quieres a ti mismo y piensas que los demás tampoco te quieren. Has perdido el don más valioso: el Amor. Haces cosas muy concretas para no recibir el cariño que necesitas, o no lo pides adecuadamente, apoyándote en la falsa idea de: “Si lo pido y me lo dan, no es espontáneo” “Podrían darse cuenta de que me hace falta” o “me conoce lo suficiente” “Tendría que saber que necesito”… Puede ser que rechaces lo poco o lo mucho que recibes en base a: “Eso lo dice para contentarme” “Algo quiere pedir cuando me trata tan bien” “Festetes me fas i no en solies fer, o es que m’has de fotre, o es que m’has de menester” (dicho popular de mi tierra: “Fiestas me haces que no sueles hacer, o es que me vas a engañar o es que necesitas de mis servicios” más o menos…) Te falta cariño.

Victima: Te produces daños constantes con tus desprecios constantes y la falta de valoración. También permites que otros te dañen. Lo permites en la medida en que no haces nada para impedirlo. Día tras día, eres pisoteado y tu sigues sin quitar el pie ni cambiar nada. Algunas veces estás pidiendo a voces que te den “un palo” y lo consigues, por supuesto que lo consigues…Después te sientes muy desgraciado.

Cansancio: Estas realmente agotado. Vives sin alegría. Haces lo que has elegido hacer. Realizar aquello que se supone que tienes que hacer sin dedicar unos minutos a preguntarte ¿quiero? ¡Es conveniente para mi? ¿qué decido?. Ni siquiera has aprendido a decir NO. Te han enseñado que si haces eso, pueden dejar de quererte. Cuando por fin te atreves y pronuncias la fatídica palabra, la usas bruscamente y con rabia, lo que conlleva el alejamiento de los demandantes y entonces te confirmas a ti mismo que debes agradarles, que tienes que hacer lo que te pidan. Tu cansancio es la rebeldía, el “No puedo más” externo que sustituye a un “no quiero” ¡cojones! (con perdón…jjj) interno.

Venganza: Tienes ganas de vengarte de quienes te maltratan y pisotean. De quienes te exigen con sus “debes”, “tienes que”, “haz esto o aquello” “limpia”, “entra”, “sal”, “ahora tu no”. De aquellos que no te aman como necesitas, que no te valoran…Les devuelves ojo por ojo y diente por diente con tu indiferencia, alejamiento, desprecio, insatisfacción, chantaje, enfermedad, amenazas de suicidio, engañas, gritas, golpeas… son muchos los métodos para devolver la pelota.

Envidia: Para ti están prohibidos el placer, el amor, el éxito en tu trabajo, la felicidad, destacar entre un grupo, ser atractivo, gustar… No soportas que en el lugar de tus prohibiciones haya personas que posean permisos. Necesitas quitarles de alguna forma lo que no te dieron a ti. Tienes pensamientos del tipo: “Dice que es feliz; se estará engañando” “¿Será maniática?”,” le va muy bien en el trabajo, sin embargo no puede tener hijos” “No me creo que todo le vaya tan bien; a mi me parece que tiene muchos problemas” “Tiene mucho dinero y sin embargo es un desgraciado”. Si destruyes a quien envidias, evitas enfrentarte a ti.

Torpeza: Rechazas tus errores y te desprecias por ellos. Piensas que tienes que ser perfecto/a. A menudo escuchas en tu interior estas afirmaciones:”Lo podía haber hecho mejor”, “Podía hacer más”, “No soy capaz”, “Soy torpe”
Todavía no comprendes que fallar y fallar muchas veces forma parte del aprendizaje. Cayéndonos y levantándonos una y otra vez, aprendimos a caminar..¿No lo recuerdas?

Culpa: Te autoimpones la tarea de complacer a los demás en lugar de ser tu el que elige. Estas convencido de que agradar a los demás es bueno, es ser merecedor de amor, y que como no siempre lo consigues te culpabilizas, piensas equivocadamente que eres malo/a.

Preocupación: Es uno de los sentimientos más presentes en la persona infeliz. Es el resultado lógico de pensar siempre lo peor: “Se va a matar”, “Le habrán robado” “Mira que si me pongo mala, me rompo una pierna…”Se retrasa porque le ha ocurrido algo malo…”

Desesperación: A tu alrededor siempre giran terribles fantasmas: La muerte, la destrucción, el sufrimiento… Tienes la tendencia de extremar las cosas por el lado trágico. Generalmente crees que vales poca cosa y concedes poco valía a los que están cerca de ti.


Otros sentimientos dañinos que tienen su origen en ideas causantes de infelicidad son: Celos, triunfo, inutilidad, ansiedad, confusión, vergüenza, resentimiento, inseguridad 

¿Reconoces en ti alguna de estas emociones? ¿Eres capaz de ver las creencias que las alimentan? Tranquilo/a. No tienes que seguir sintiendo así, si decides que no es esto lo que quieres para ti. Yo misma aprendo a desprenderme de la culpa, la inseguridad, el cansancio y la depresión porque otros lo han conseguido también.



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